jueves, 22 de julio de 2010
Arrecia el calor en esta tarde intensa de candela a principios del estío. Llamaradas candentes caen del blanquecino cielo achicharrando pastos, hojas y asfalto. Todo se vuelve caliente y expulsa invisible el vapor que cae de lo alto.
Mi corazón arde bajo el calor y la angustia. Son momentos para él también candentes, como contrapunto del frío que antes ha sentido ante la soledad. Mi corazón se siente solo. Necesita refugio y compañía. Mi refugio y mi compañía.
Aún no he aprendido a quererlo, a mimarlo, a protegerlo. Necesito todavía aprender tanto… Mi aprendizaje ha comenzado demasiado tarde y aún no es consciente de que siempre es el momento si se trata de aprender.
No llores corazón, no te sientas solo, no decaigas…
Obvia el calor del desánimo y vive el momento como un incipiente otoño que sueña con la primavera. Yo estaré aquí, a tu lado. Siempre.
Foto de Aquí
0 Secretos:
Publicar un comentario